Meditando

Suan Mokkh es un monasterio budista enclaustrado en el bosque, a las afueras de la ciudad Tailandesa de Chaiya. El monasterio es uno de los más famosos del pais, especialmente por ser la residencia del ya difunto Buddhadasa Bhikkhu, quien antes de morir mostro su deseo de que sus obras, su trabajo, y el monasterio en general hicieran especial hincapie en la enseñanza del Anapanasati (meditación basada en concentrar la mente en la respiracion) a alumnos extranjeros.
Algo muy parecido a lo que se enseña en el curso podeis verlo en su obra: ‘Vipassana, mindfulness with breathing, a manual for serious beginners’
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Ding dong…

A las 4 de la mañana, cada día y sin respiro alguno, la campana tamaño familiar nos levanta para recordarnos que otro día ha empezado en el retiro meditativo.
Las habitaciones en las que descansamos son totalmente espartanas. Nueve metros cuadrados en los que tan solo hay una ‘cama’ de cemento sin colchon, y una almohada de madera. Las habitaciones de los hombres se arremolian en torno a un claustro con vegetacion poco cuidada en el centro. A pocos metros un claustro simetrico aloja a las mujeres que se han apuntado al retiro.
Nada más salír de la habitacion y todavía a oscuras uno puede plantearse acicalarse un poco…las ‘duchas’ consisten en un pilón de dos metros de díametro y uno de altura, donde con ayuda de unos barreños, uno puede intentar mojarse los ojos legañosos.

Al lado un cubo, para que saques los escorpiones que te puedas encontrar en tu cuarto. Las arañas las tienes que sacar por tu cuenta, o como hice yo, convivir con ellas.

A las 4 y medía meditación sentada en despues de leer una reflexion leida por el cabeza de turco de la mañana. Esta se lleva a cabo en la sala de meditación, que consiste en una superficie lisa que se eleva 20 cm del suelo y que consta de suelo y columnas…no tiene paredes, pero si un techo de forma triangular que nos protege los días en los que la madre naturaleza se encarga de recordarnos que estamos en la epoca del monzon.
Luego clase de yoga de 2 horas en las que al final uno se queda sobado encima de las esterillas de mimbre al grito de ‘relaaaaax’ por parte del profesor.
Meditacion sentada…y desayuno a las 8 de la mañana. Sopa espesa de arroz con verduras…siempre, día tras otro la misma sopa de arroz, con un platano para disimularla.

Luego tiempo para las tareas de cada uno ( a mi me tocaba recoger las hojas de las palmeras y los cocos que se caian de los arboles)

El resto del día transcurre entre meditaciónes sentadas, meditaciónes caminando y charlas de los monjes budistas con los que compartimos monasterio.

Nos pasamos todo el día en silencio, y la gente se envuelve en un halo de misticismo que les impide mirarte a los ojos cuando te cruzas con ellos por el camino.

…Y así 10 días.

Al principio se hace muy duro, no nos engañemos…la meditación es un coñazo. Luego le vas cogiendo el truco, controlando la respiracion, intentando crear imagenes mentales, y la cosa se hace más amena, eliminas los pensamientos de tu cabeza y te dedicas a aplicar todo lo que te van diciendo a lo largo del día.
Me gusto mucho el simil que puso un chaval el ultimo día. Decia que al principio (y en la vida normal) la mente es como una bolsa de palomitas, con los pensamientos saltando en tu cabeza sin control y en abundancia….luego, si eres capaz de controlar la meditación tu mente se va pareciendo a una cazuela con pure, todo tranquilo, y de vez en cuando un ‘pop’, un pensamiento acertado.
El pasado ya ha pasado, el futuro se compone de lo que hagas ahora mismo, así que…lo suyo es preocuparse del presente y no postponer las cosas buenas para luego…
así que eso, hemos estado tranquilitos, a veces pensando, a veces aburridos, pero la mayoria del tiempo simplemente en un estado ‘neutro’, de meditación.
Por cierto, no me ha convencido nada la filosofia budista…piden que te conviertas en una seta sin sentimientos sin emociones…
Pero por otra parte hay pequeños detalles que están bien, como lo de buscar el camino medio, o aprender que a veces hay que saber dejar marchar las cosas, sin tener que agarrarlas y hacerlas nuestras. No cabreos, no enfados, todo tranquilito, dejarlo pasar sin darle importancia.

En fin, me ha gustado el asunto porque he tenido la oportunidad de aprender un montón sobre budismo y sobre tecnicas de meditación, pero también he visto que esto no es del todo lo mio (habra que probar el Vipassana en el norte…)
Ahora tenía pensado ir a Phuket, al festival vegetariano que es uno de los más importantes del pais, con procesiones y tal, pero las dos personas que iban a venir conmigo abandonaron el curso a la mitad (hubo varia gente que no lo aguanto y se piro) así que me voy a ir a las islas del golfo de tailandía durante una semanita y luego intentare volver el 19 a Phuket para ver la procesion final que dicen que es la más espectacular.