Batallita en Laos (segunda parte)

Encontrar alojamiento en el pueblo de Mong Nhoi es un gustazo. Bungalows a la orilla del rio, con unas vistas impresionantes y una hamaca para pasar las mañanas tostándote al sol salen a 2 dolares la noche…
A pesar de mis ganas de pasarme al plan hamaca, la primera noche la pase fuera…en un poblado de la tribu Hmong, una de las más clásicas del norte de Laos. Junto con otros dos mochileros contratamos a un guía que nos llevó al pueblo. La pateada de poco más de una hora…sin forzar jeje, pero por el medio del bosque ,y todo muy bonito y tal. Nada más llegar al poblado habia un grupo de niños jugando con una especie de peonza, pero más grande, y pegandose unos ‘cates’ de cuidado, y más arriba otro grupo de chavales más mayores jugando a una especie de voleibol con el pie con una pelota de mimbre.
Dejamos nuestros macutos en la casa en la que nos ibamos a alojar y nos dimos un paseo por el pueblo…
Definitivamente la globalización ha ganado. En la tribu Hmong los niños visten imitaciones de Adidas (rasgadas, y solo camiseta….pero de adidas), y los comerciantes chinos que se patean todas las montañas del norte del sudeste asíatico se ponen las botas vendiendo tijeras, cortauñas, y salsas de soja, que al igual que en toooodos los paises de por aquí, en todos los rincones, en todas las tribus…es marca Maggy, aunque Nestle esta pujando fuerte también.

Pasamos la noche con la gente del pueblo, alrededor de una hoguera, viendo como la gente hacía musica soplando hojas, y bebiendo lao-lao. Y luego…a dormir en una cama como la del retiro budista que hice ya hace unos cuantos meses. Bueno para la espalda, dicen.

A la mañana siguiente volvimos al pueblo con el guía, y nos preparamos para subir el rio en un curso acelerado de pesca. Mi idea era buscar a alguien que me diera un curso de pesca con lanza de dos días, pero al final y viendo que el guia nos hacia descuento pues me apunte a la pesaca con red. Pescamos un montón, y luego en la orilla del rio hicimos un fueguecito y nos preparamos una sopa de pescado estupenda. Al principio daba un poco de cosa, porque parece que los peces de colores no están hechos para comer, pero era cuestion de principios, así que no dejamos ni las colas.

Despues de unos días dandome un merecido descanso en las cabañitas de dos dolares, cogi el barco hacia Nong Khiaw, y me propuse pasar la frontera con Vietnam por Sam Neua, que según mi guia de viaje es ‘solo para los viajeros más intrepidos’. O sea, que te pican para que cruces por ahí.
Yo, pardillo de mí, pense ‘bah, son 200 km en linea recta, tampoco puede ser para tanto’. Y me coloque gracilmente a esperar el autobus…bueno, 12 horas esperando el autobus, hasta que por fin a las 2 de la mañana apareció, lleno a rebosar, así que me toco sentarme encima de un saco de arroz y aguantar…las 17 (putas) horas que el autobus, a 15km por hora tardó en llegar hasta Sam Neua. El motor lo arrancaban tirando de una correa, paramos 2 veces para empujar el autobús, hubo como 4 roturas de mecánica, y al final en ‘mi’ saco de arroz habia otras 3 personas

En Sam Neua decidí parar un par de días a descansar, porque llegué descojonao. Y aprovechando pues me fui también a visitar las cuevas donde el Path Lao y el Vietkong se escondían en la guerra contra EEUU. Se lo tenían montado estupendamente, con escuelas, dormitorios, incluso iglesias dentro de las cuevas. Al lado, como siempre, hoyos tremendos testigos de los bombardeos indiscriminados en la zona.
Una vez recuperada mi condicion de ser humano, me dirigi hacia la frontera, otras 5 horas en camioneta para recorrer 50km, cruce de frontera… y otras 10 horas en bus apretujado para llegar a Hanoi, que esta solo a unos 150km. Timos a discrecion, taxistas que nos cobran 10 veces más, hoteles…esto no es Laos, bienvenido a Vietnam!!