Y de San Fran…a Nueva York.
La capital del mundo dicen. Edificios altos, metro grande, pizzas de más de medio metro de díametro, más edificios altos, museos para todo el mundo (desde cuerpos reales diseccionados, hasta historia natural, pasando por el mejor museo de arte contemporaneo del mundo), blancos, negros, chinos, hispanos, asíáticos, nativos americanos…. y tres españoles, pululando entre los rascacielos, llendo a misas de gospel donde nos querian convertir a la buena nueva, paseando por Central Park y desayunando, cual apuesta, huevos, bacon, jamon, salchichas, patatas, zumo y cafe. Y si había tarta, oiga, me ponga una.
Ha sido un placer el poder compartir la última etapa de mi viaje con amigos de casa. Cuando planeé mi aventura fueron muchos los que dijeron que venian a verme, pero al final tan solo dos amigos se animaron… ¡ y por los pelos!. Me encantó poder volver a tener la posibilidad de ser viajero pasívo, así que desde el primer momento me desentendí del mapa de la ciudad y del del metro y me dediqué a seguir a mis compañeros.
Evidentemente con 9 meses de viaje a la espalda estaba seguro de que mi entusiasmo e ilusión por conocer una nueva ciudad iba a ser mucho menor que el de mis amigos…y por lo tanto resultaba mucho más rentable para el grupo el que fueran ellos los que lideraran.
así que una semana en Nueva York, en Manhattan para ser exactos, donde hemos visto creo que de todo, madrugado bastante, pateado mucho mucho, descubierto como se puede combinar en el mismo espacio una pista de Hockey sobre hielo y una cancha de baloncesto, bebido un horripilante cocktel cuyo único mérito es llamarse Manhattan, subido al Empiré State y creernos los reyes del mundo…
Nueva York está bien, es una ciudad interesante y a la que merece la pena ir para pasar una semana de vacaciones. Pero sin embargo sentí como que no encajaba con el resto de mi viaje. Es decir, el corte no se pego cuando aterricé en Madrid, si no una semana antes cuadno aterricé en el JFK de Nueva York. San Francisco guarda todavía una magia entre sus calles y sobre todo gente bohemia que me permitía mantener una línea logica con mi tiempo en asía y en Africa, pero Nueva York fue ya el aviso definitivo de : «eh, Alberto, que vuelves a casa».
Además, estoy acostumbrado a condensar mucho los post de este blog, contando en ellos una ínfima parte de las cosas que me han pasado, y en Nueva York me da la impresión de que, si bien con muchos matices, todo lo que hice se pudo reducir a dos cosas: encontrarme con mis amigos y visitar la ciudad. Internet está lleno de guías de Nueva York, así que no tiene sentido que describa todo lo que hice… me lo pasé bien y me gustó la ciudad!.
Todavía me falta un post por poner, el de la vuelta, pero para eso, sufridos lectores, van a tener que esperar al menos una semana más, cuando aclare un poco mis pensamientos.
Un abrazo y gracias por seguirme!!
Bueno crack, un placer haberte seguido todos estos meses. Espero que nos volvamos a ver pronto. Tendré que ir a hacerte una vistilla a Salamanca a hacer otra barbacoa (aún me acuerdo de lo rico que estaba).
Que sepas que he enganchado a 2 o 3 compañeros de curro hace como 1 mes, y se han leído el blog entero. Han flipado mazo, les has dado mazo de envidia.
Vamos, que como montes albergue, ahí que van, fijo!
Bueno kali, muchos recuerdos de mis compañeros y un abrazo de mi parte. Ahora hablaremos por el msn más mejor.
Hasta pronto!
Bienvenido entonces. Ahora tendrás que pasar unos días reubicándote, que no se vuelve de estas cosas como si nada.
Gracias por contarnos y un beso!
Bienvenido a casa. Ha sido un placer seguirte todo este tiempo, aunque ahora me sentiré un poco huérfana sin tus pequeñas dosis de aventura.
Como una aparición fue mi encuentro contigo Alberto en plena calle junto a nuestras casas. Como salido del blog y todavía «perdido» por esos mundos, aunque ya sabíamos que llegabas, el encuentro fue como una aparición; y por otra parte como si nada hubiera pasado. Y vaya si ha pasado; has viajado y hemos viajado contigo disfrutando con tus crónicas y fotos viajeras. Te ha sentado bien el viaje; te vi bien, más alto, más delgado, más majo y con ganas de ponerte a trabajar para ganar dinero y volver a las andadas, tal y como me comentaste. Reposa un poco, deja que también repose tu mochila y disfruta en calma los recuerdos y vivencias que traes en ella. Después, ve sacándolos poco a poco y nos los comentas. Viajemos todos juntos de nuevo; como entonces, tú guías, tú eliges los caminos. Ya sabes mi opinión que no debieras dejar en punto muerto tu web (abandonarnos) hasta la próxima andadura, como quieres hacer; entre tanto, hay tiempo para tirar de los muchos recuerdos, anécdotas, situaciones, etc. como para que los relates y subas, una al mes por lo menos – ¿es pedir mucho?-, con lo que nuestra voracidad, quedaría saciada. ¿Verdad seguidores y lectores de Alberto que después de un largo reposo, merecido, ha de reanudar sus entradas donde nos cuente muchas situaciones y anécdotas que seguro tiene cantidad? … Oigo un unánime Sííííí…. ¿Oyes?…Pues ya lo sabes, Alberto, no nos olvides.
Bienvenido a casa. – Manolo y Candy, tus vecinos.
Buen viaje de regreso. Y gracias.
Bienvenido a casa.
sigo deseando que nos cuentes más cosas, ojalá te decidas pronto.
un beso y ánimo