Ayer fue el cumpleaños del rey de Tailandía, y para los tailandeses es uno de los eventos más importantes del año.
Habíamos ido a cenar a un restaurante coreano (fíjate tú), cuando una chica tailandesa que venía con nosotros dijo: «bueno, habrá que ir marchándose, que solo faltan 15 minutos», dando por supuesto que deberíamos saber de qué estaba hablando.
Sorprendentemente nadie dijo nada, nos levantamos, pagamos, y en un periquete estábamos todos con velas amarillas encendidas delante de una tele, viendo a mogollón de gente concentrada que cantaban una mezcla entre himno nacional y canción de cumpleaños.
Desde niños hasta generales del ejército, todos junticos cantando a su amado rey.
A mi lado había una chica tailandesa ¡que estaba llorando de la emoción!. ¿Os imagináis que en España se celebrara el cumpleaños del rey, y que la gente llorase?
Al acabar, como si fuera fin de año, todo el mundo empezó a tirar petardos, fuegos artificiales, y alguna linterna voladora de esas que tanto les gustan aquí.
Nuestra amiga nos estuvo explicando lo bueno que era el rey, todo lo que había hecho por la gente, que una vez invitó a un pobre a comer a su casa, que todo el mundo le quiere, que viva el rey, que en el tsunami puso sacos de arena con sus manos para salvar vidas… Vamos, un rollo macabeo de propaganda que ya había oído más veces. Es algo bastante extendido y transversal en Tailandía el amor brutal hacia el rey. Es un amor devoto, irracional, basado en cuentos semi-infantiles sobre acciones puntuales de caridad hacia los necesitados y de bondad absoluta.
Hay multas gordas si un policía te ve pisar un billete o una moneda…porque llevan impresos la cara del rey.
El rey cuenta con una fortuna personal de 30.000 millones de dólares. Le da para dar de comer a varios pobres, y pagar varios sacos de arena.
Pero bueno, el caso es que el hombre está muy mayor, todos le quieren mucho y evidentemente el día de su cumpleaños no me voy a poner a discutir con nadie sobre la monarquía. De hecho me preguntaron sobre el rey de España!, qué cuándo era su cumpleaños (¿alguien lo sabe?), que si era bueno, que qué suerte tener un rey. Yo, chitón, que muy bueno, que qué bien, que una vez dio de comer a un pobre, y nos salvó en la transición, y que pásame otro tercio de cerveza Chang que esto hay que tragárselo.
Este año el rey ha celebrado el cumple en Hua Hin, porque en Bangkok hay movidas y no era un lugar seguro.
Dicen por aquí que el problema es que la primera ministra Yingluck Shinawatra es una mangante. Su hermano Thaksin es el hombre más rico de Tailandía, fue propietario del Manchester City, y fue primer ministro de 2001 a 2006, pero le derrocaron por corrupto, fue condenado a cárcel… y el tío se escapó.
Parece ser que desde fuera de Tailandía se dedicó a dar pasta a saco a su hermana para convertirla en primera ministra. Y que una vez que esta llegó al poder, todos los viejos vicios se están repitiendo.
Darle cuatro vueltas a google poniendo «Thaksin Shinawatra» y ya veréis qué angelito.
Fuera de la capital todo está muy calmado, yo me entero de lo que pasa en Bangkok por la prensa española y preguntando a los paisanos, que en un 100% hasta ahora están cansados del actual gobierno. A ver qué pasa.
Por lo demás todo bien, esta semana me he relajado un poco ( solo he entrenado 4 veces), pero vuelvo a la carga para mi última semana aquí! Ays, que penica.
Pero que envidia me das!!!! Disfruta disfruta y difruta! Un besazo ninu